No sabemos su pasado, no sabemos cómo habrá vivido estos años, pero sí hay algo que tenemos claro y es que los años que pasó en familia no fueron impedimento para abandonarla.
Una abuelita abandonada en un Ayuntamiento dentro de un trasportín. Con las uñas hinchadas en sus dedos, delgadita y asustada… Seguramente era un estorbo para alguien.
¿Cómo ella, tan dulce, tan buena y cariñosa acabo de esta forma? No hay explicación, ni justificación… IPANEMA es una gatita perfecta, tranquila, sociable y buena.

Por favor no dejemos que la soledad y el olvido hagan que pase sus últimos años en un albergue, ella necesita un hogar con urgencia donde la quieran como se merece

¡Ayúdala a que encuentre una buena persona que por fin la de una buena vida!