NUESTRA PEQUEÑA ULLA ( antes Olivia)

Conocimos a Olivia allá por Enero del 2015. Mi hija me enseñó una foto de un precioso bebé de galgo, con una patita rota, para la que pedían adopción. Gracias a su insistencia me decidí a convencer a mi marido de que era hora de tener otro perrito después de la muerte de nuestro Barón hacía poco tiempo. Así le serviría de compañía a nuestra abuelita Luz. 

Me costó porque él no estaba aún preparado, pero lo conseguí e iniciamos las gestiones. Rellenamos nuestro cuestionario y lo enviamos a AXLA, pero los días pasaban y no nos decían nada. Ya estábamos nerviosos por si no éramos la familia adecuada, pero ya no podía aguantar la incertidumbre y llamé a Leticia. Menos mal, porque había más interesados y podríamos habernos quedado sin bebé.

Recuerdo cuando fuimos a conocerla a su casita de acogida.  Era la casa de Eli y cuando llegamos apareció por la puerta una perrita delgadita, pequeña, que cojeaba un poquito y que no nos hacía ningún caso. Tuvimos que hacer un gran esfuerzo para no llevárnosla ese mismo día, pero fuimos pacientes y por fin llegó el gran día en el que Olivia, a la que llamamos Ulla en honor al río que pasa por la aldea gallega donde se crió Rubén, mi marido, vino a casa.

Los  primeros días fueron de locura, porque en lugar de un bebé galgo parecía que habíamos adoptado a un demonio de Tasmania; sólo saltaba y lanzaba bocados para jugar, rompía ropa, muebles,…incordiaba a Luz, la abuelita, que de hecho en más de una ocasión estuvo a punto de pararle los piés.

Poco a poco se fue adaptando. Me empapé de educación canina desde el punto de vista del propio perrito, y conseguí en poco enseñarla a sentarse, que me entendiera cuando le decía «aquí» y muchas cosas que la fueron convirtiendo en toda una «señorita». Nunca había participado activamente en la educación de un perro y estoy orgullosa de la parte que yo conseguí. El resto lo hizo Rubén.

Han pasado algo más de 2 años ya, Luz también murió, pero vinieron más hermanitos, también adoptados, Rock, Carola y recientemente, Whatsapp, estas dos últimas también de AXLA. Es feliz, seguro que lo es, todos lo son, pero los más felices somos nosotros por tenerla y disfrutarla. 

¡ Ojalá fuera eterna ! Es nuestra niña. No me canso de mirarla. Gracias por haberla encontrado, acogido y dejar que viniera a nuestro hogar.

Publicado en adoptante.